Blogia
T E M P L A R I O

Edad Media

La Torre de la Calahorra

La Torre de la Calahorra

Está situada en plena ciudad de Elche, entre la Plaza de Santa Isabel y la Calle Díaz de Mendoza. Los primeros datos apuntan a que el edificio era de origen musulmán, de época almohade, siglo XII. Es un edificio de planta cuadrangular. El basamento se ha realizado con silleria. Las esquinas también están reforzadas en silleria. En la parte superior existen almenas de forma piramidal confeccionadas a base de ladrillo. En la fachada orientada hacia el Oeste existen dos grandes vanos enmarcados en arco de herradura. Según parece su altura original era de 20 metros y el terremoto de 1829 destrozó los metros restantes. En la actualidad alcanza los 15 metros de altura. Debía poseer matacanes y torneras. La entrada a la torre debía de hacerse por una puerta con rastrillo y con puente levadizo. Todo apunta a que la torre de Calahorra era un edificio autónomo y adelantado respecto de la muralla que envolvía Elche. La función primigenia de esta torre era la de defender la entrada a la ciudad por la puerta Lucentina, en el camino que unía Alicante con Cartagena. Jaime I cuando conquistó Elche solicitó que fuera entregada la Torre de Calahorra. En 1492 se aprobó la construcción de un anexo que albergaba una báscula municipal para la inspección de la harina. En la actualidad se encuentra restuarada y en uso. Su interior sufrió grandes reformas a principios del s.XX, llegando a albergar la sede de la logia masónica Ilicitana. Actualmente, es la sede de la Generalitat Valenciana. (fuente: wikipedia)

Recomendaciones: Hermandad de Robyn Young

Recomendaciones: Hermandad de Robyn Young

Se trata de un libro muy entretenido, con el que no podrás parar de leer. 

Educado desde niño en las costumbres de la todopoderosa Orden de los Caballeros del Temple y marcado por una tragedia pasada que amenaza con cobrar importancia en su futuro, Will se enfrentará aun largo y duro aprendizaje al servicio de maese Everardo de Troyes, un erudito sacerdote templario de mal carácter.

En su lucha por sobrevivir bajo la severa disciplina del Temple, Will deberá entender tanto el oscuro misterio que rodea a la persona de Everardo como su propio pasado. También debe afrontar los confusos sentimientos que tiene hacia Elwen, una joven tenaz cuyo camino siempre se entrecruza con el suyo.

Con una intriga que recorre todas sus páginas y una vibrante acción de suspense, Hermandad evoca con singular brillantez la extraordinaria lucha de civilizaciones que en Occidente conocemos como las cruzadas. (fuente: casa del libro)

Recomendación: CRUZADAS de Thomas F. Madden

Recomendación: CRUZADAS de Thomas F. Madden

Crónica profusamente ilustrada de las guerras entre la cristiandad y el islam en Oriente Próximo.

Descripción de las campañas emprendidas en Europa por la Iglesia contra las herejías y los pueblos paganos, desde el sur de Francia hasta el Báltico.

Abarca una gran variedad de temas, desde información sobre los santos lugares de Jerusalén hasta el esplendor del Imperio otomano.

Las cruzadas fueron una serie de campañas militares que, durante varios siglos, enfrentaron a los mundos cristiano y musulmán. Dichas campañas no sólo se organizaron contra los diferentes imperios islámicos de Asia Menor, Tierra Santa y la cuenca mediterránea, sino también contra las corrientes heréticas, los pueblos paganos y los adversarios de la Iglesia dentro del mismo continente europeo.

Todo aquel que desee analizar las raíces históricas de los diferentes conflictos existentes hoy en día entre el Islam y Occidente, o que sencillamente quiera profundizar sobre uno de los fenómenos más fascinantes de toda la Edad Media, encontrará una sinfín de información y respuestas.

El autor de la obra, Thomas F. Madden, catedrático de Historia y profesor de Historia Medieval, autor de un gran número de estudios sobre las cruzadas, cuenta con la colaboración de Alfred J. Andrea, profesor emérito de Historia; John France, profesor de Historia Medieval; Helen Nicholson, profesora de Historia; William L. Urban, profesor de Historia y Relaciones Internacionales; James M. Powell, profesor emérito de Historia; Jonathan Harris, profesor de Historia de Bizancio; y Carole Hillenbrand, profesora de Historia del Islam. (fuente: casa del libro)

Jacques Bernad de Molay

Jacques Bernad de Molay

Jacques Bernard de Molay (hacia 1240 a 1244, † 18 de marzo de 1314). Noble franco y último Gran Maestre de la Orden del Temple.

Estudiosos nobiliarios incluyen a Molay en la genealogía de Lonvy, al ser Molay una población del Señorío de Rahon, propiedad del padre de Jacques de Molay.

Jacques Bernard de Molay nació en Borgoña entre 1240 y 1244 (aunque hay ciertas versiones que especifican que fue en el año 1243 y otros en el 1244, en la ciudad de Vitrey, departamento de Haute Sâone), hijo de Juan, Señor de Lonvy, heredero de Mathe y Señor de Rahon, gran población cerca de Dôle, de la cual dependían muchas otras, pero principalmente Molay, y esta a su vez, era una parroquia de la Diócesis de Besançon, en el Deanato de Nenblans.

En 1265, en la ciudad de Beaune (Francia) se unió a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo (más tarde llamados Caballeros del Templo de Salomón), conocidos comúnmente como Caballeros Templarios u Orden del Temple, recibiéndole el Fraile Imbert de Perand, visitador de Francia y del Portu, en la capilla del Temple de la residencia de Beaune.

En 1293, figura con el título de Gran Maestre tras la muerte de Thibaud Gaudin el 16 de abril de 1292. Así se convirtió en el 23° y último Gran Maestre.

Organizó entre 1293 y 1305 múltiples expediciones contra los musulmanes y logró entrar en Jerusalén en 1298, derrotando al Sultán de Egipto, Malej Nacer, en 1299 cerca de la ciudad de Emesa. En 1300 organizó una incursión contra Alejandría y estuvo a punto de recuperar la ciudad de Torsota, en la costa siria, para la cristiandad.

En 1307, el Papa Clemente V, Beltrán de Goth y el rey de Francia Felipe IV "El Hermoso" ordenan la detención de Jacques de Molay bajo la acusación de sacrilegio contra la Santa Cruz, simonía, herejía e idolatría (ver Baphomet). Molay confesó bajo tortura, aun cuando con posterioridad se retractó, y por ello en 1314 fue quemado vivo frente a la Catedral de Nôtre Dame, donde se retractó públicamente de nuevo de cuantas acusaciones se había visto obligado a admitir, proclamó la inocencia de la Orden y, según la leyenda, maldijo a los culpables de la conspiración:

« Malditos seréis, todos malditos, hasta la decimotercera generación»

En el plazo de un año, dicha maldición se cumplió con la muerte de Felipe IV (según Maurice Druon, de un accidente cerebrovascular durante una expedición de caza) y de Clemente V. (fuente: wikipedia)

 

 

LOS CABALLEROS DEL TEMPLE DE SALOMÓN

LOS CABALLEROS DEL TEMPLE DE SALOMÓN

Jerusalén. La sola mención de su nombre evoca la leyenda, la historia, la pasión y el drama. Ciudad mágica por excelencia, madre de las 3 grandes religiones monoteístas, Jerusalén parece destinada a ser un escenario de guerras y luchas, pero también a permanecer inmune a todas ellas y ganar la eternidad.

 

Tres milenios atrás, Salomón, Rey de Israel, Hijo de David, acometió la construcción de un Templo ideado como el último lugar de reposo del Arca de la Alianza , la misma que llevara Moisés en su éxodo por el desierto. Su construcción ocupó a los hebreos entre siete y trece años y la avanzada ingeniería desplegada recuerda la tecnología empleada en la Gran Pirámide de Gizéh. En la ornamentación del magnífico monumento se estima que fueron empleadas 86 toneladas de oro, 126 de plata, multitud de piedras preciosas, las más exquisitas maderas y los más suntuosos materiales. Salomón consiguió que el edificio deslumbrara al contemplarlo.

 

Destruido por los Persas, reconstruido con la autorización de Ciro II y engrandecido durante el reinado de Herodes, el 2º Templo, inferior en tamaño al 1º, es arrasado nuevamente por el Emperador Romano Tito, quien ordena dejar como muestra del poderío de Roma sólo un muro en pie, el que en la actualidad conocemos como Muro de las Lamentaciones. Muy cerca, en la que otrora fue la explanada del Templo, se alzan hoy en día 2 mezquitas. Una es la de OMAR, de cúpula dorada, erguida sobre la roca basáltica donde los musulmanes aseguran que Mahoma había apoyado los pies al realizar el “viaje nocturno” de ascenso al Cielo, y que la tradición hebrea relaciona con el lugar donde Abraham fue a cumplir con el mandato divino de sacrificar a su hijo Isaac. Se sospecha que su ubicación es precisamente la que correspondía al Sancta Santorum del antiguo Templo, la sala donde se guardaba el Arca. La otra es la mezquita blanca de AL-aqsa, construida por el Emperador Justiniano de Bizancio sobre las enormes caballerizas de Salomón.

 

Alrededor del año 1118, tras la toma de Jerusalén por los Cruzados, 9 nobles caballeros comandados por Hugo de Payns y por Godofredo de Saint-Omer, se dirigen al nuevo monarca de la santa ciudad, Balduino II, con el pretexto de organizar una orden militar para la defensa de los santos lugares y de los peregrinos. El rey cristiano accedió inmediatamente a la petición y les concedió como residencia un ala de su palacio, situada en la antigua mezquita de Al-aqsa. Debido a que ésta, como hemos visto, estaba situada en el monte del Templo, la nueva milicia fue denominada “Pobres Caballeros de Cristo y del Templo del Rey Salomón”. Habían nacido los Templarios.

 

Al originarse la orden del Temple surgen con ella múltiples interrogantes, de las que nos vamos a ocupar a continuación. Los Templarios fueron descaradamente favorecidos por los gobernantes desde sus comienzos y lo seguirían siendo hasta el final de sus días. No fueron la primera orden militar en fundarse en la región, pero es necesario señalar que en aquellos tiempos era creencia general que la mezquita blanca que les fue dada en propiedad correspondía al emplazamiento exacto del Templo Salomónico. Hoy sabemos que éste ocupaba una extensión mucho mayor, más allá del Domo de la Roca o mezquita de Omar, que también fue utilizada por el Temple. Cabe preguntarse qué razón impulsó al rey Balduino a donar un alojamiento tan inmenso a tan solo 9 hombres, a lo sumo 30 o 40 si incluimos posibles escuderos y sirvientes, donde habrían podido cómodamente varios millares, incluidas sus monturas. Por otra parte, no consta que esta recién fundada “policía de caminos” participase en ningún enfrentamiento armado durante los primeros 9 años, tiempo en el que tampoco admitieron a ningún nuevo miembro a parte de los 9 fundadores. Esto carece de lógica en una agrupación cuyo objetivo, a priori, era formar un ejército permanente en Tierra Santa. ¿A qué se dedicaron los primeros templarios en sus oscuros inicios?

 

La mayoría de los autores coincide al afirmar que los nueve fundadores, el 9 como veremos más adelante es un número que preside los orígenes del Temple, realizaron excavaciones en el subsuelo de la mezquita de Al-aqsa, en lo que habría sido las cuadras reales. ¿Qué podían buscar allí los caballeros? Es lícito pensar que algo realmente importante, pues como hemos visto, el no permitir la admisión de nuevos ingresos en la recién creada Orden, parece significar que se trabajaba en secreto, y que este debía ser guardado de las miradas ajenas. ¿Existe algún indicio de lo que podría haber motivado semejante búsqueda? Para responder a esta cuestión debemos remontarnos a la historia clásica.

 

La Biblia no es sólo un libro de religión. Es también un maravilloso libro de historia. Y la existencia del Arca de la Alianza bajo el templo de Salomón, se desprende de la historia misma. Bajo la guía de Moisés el Arca viajó con los hebreos desde el desierto del Sinaí a Horma. Muerto Moisés bajo la dirección de Josué pasó el Jordán y entró en Palestina. En tiempos de Samuel el Arca fue capturada por los filisteos y llevada a Ashod, a Gath y después a Ekron. Espantados los filisteos por los poderes del arca, que provoca muertes y enfermedades, es devuelta a los israelitas, quienes la guardan en Kirjath-Jearim, de donde David la hizo llevar finalmente a Jerusalén. Salomón había de hacerla colocar en el sancta santorum del templo que mandó construir: “ Entonces dijo Salomón: Yavé, has dicho que habitarías en la oscuridad. Yo he edificado una casa para que sea tu morada en lugar de tu habitación para siempre” ( libro de los Reyes: I, 8-12, 13). Después de esto, ninguna mención en los libros históricos, solamente leyendas.

 

La tradición hace referencia a la multitud de objetos sagrados que se guardaban en el reciento del Templo. A parte de la mencionada Arca de la Alianza , este debió contener entre otros muchos tesoros y objetos valiosísimos El Candelabro de 7 Brazos, llamado por los judíos Menorah y la Mesa o Espejo de Salomón. De la propia estructura del templo formaban parte dos columnas denominadas Jakim y Boaz, que según dicen algunas fuentes contendrían grabadas en sus paredes información de capital importancia. Pero mucho antes de que llegaran los templarios, el templo ya había saqueado en varias ocasiones. De la época del expolio de los persas, con Nabucodonosor II, no se conserva ningún documento que haga referencia al tesoro. Tampoco sabemos si este fue restituido por parte de Ciro II o si permaneció escondido en Jerusalén todo ese tiempo. No se vuelve a tener ninguna noticia hasta que Tito y sus legiones romanas arrasan la ciudad en el año 70d.c, pero y aunque tampoco sabemos a ciencia cierta cual fue el botín que logró en su saqueo se menciona el traslado de la Menorah y de la Mesa de Salomón.

 

Sin embargo, existen indicios, que nos hacen pensar que el elemento más importante del tesoro del Templo, el Arca del la Alianza , fue escondido por los hebreos en un refugio previsto en caso de extrema necesidad. El sabio árabe Maimónides cita la existencia de una cueva secreta bajo el primer templo. Esta gruta, muy profunda, habría sido construida por mandato del propio Salomón, quien pronosticando una profunda destrucción del Templo, decidió proveer de un escondite seguro para el Arca. Existe otra prueba más de ese enterramiento. Los alimentos de las ofrendas entraban en contacto con los rollos sagrados de la Torá , por lo que los sacerdotes no admitían que aquellos fueran arrojados a la basura. Se creó, entonces, un cementerio de objetos sagrados llamado Guenizá, y una vieja tradición afirma que “ cuando el Arca fue enterrada, se llevó a la Guenizá el recipiente que contenía el Maná, porque había tenido contacto con las Tablas de la Ley ”.

 

“Habitarías en la oscuridad” había dicho Salomón. Esta frase es significativa. Podemos por tanto deducir que el rey hebreo se refería a un lugar oculto, a salvo de las miradas y los actos de los Hombres. Aunque no hubiera sido el propio Salomón, es seguro que en una Jerusalén asediada, el Arca de la Alianza sería el primer objeto en ser ocultado a los posibles vencedores. Cuando más de 1000 años después, 9 caballeros realizaron excavaciones secretas en los sótanos del antiguo Templo, no podemos dejar de hacernos una pregunta: ¿buscaron los Templarios el Arca?

 

Antes de intentar dar una respuesta a esta cuestión, debemos plantearnos qué pudo motivar una búsqueda semejante en pleno siglo XII. Qué pudo impulsar a 9 nobles cristianos a llevar a cabo tan extrañas tareas en el seno de la Ciudad Santa. Y las búsquedas apuntan directamente a Francia y a la figura de 2 hombres: Hugo, conde de Champaña y San Bernardo de Claraval.

 

Tras varios viajes a Tierra Santa entre 1104 y 1115, Hugo de Champaña mantiene contactos con el abad de la orden del Cister, Esteban Harding, a quien le dona una tierra donde San Bernardo, quien había entrado en la orden 3 años antes, funda la abadía de Claraval. A partir de ese momento los cistercienses, con ayuda de rabinos judíos, comienzan a estudiar minuciosamente textos sagrados hebreos. ¿Habría encontrado el conde de Champaña documentos importantes en alguno de sus viajes? Tras ser traducidos e interpretados, cabe la posibilidad de que se organizara una misión de búsqueda en Jerusalén, para lo cual fuera necesario contar con un comando de hombres devotos y leales. ¿Es absurdo creer en la existencia de una misión altamente secreta en Tierra Santa? Veamos como van encajando las piezas de la conspiración.

 

Hugo de Payns, el primer Maestre de la Orden del Temple, natural de la región de Troyes, en la Champaña , pertenecía a una familia noble y emparentada con la del conde Hugo, y era primo de San Bernardo. Éste, que se erigió en el gran valedor de los Templarios en Francia, era a su vez, sobrino de otro de los fundadores de la recién creada Orden Militar, Andrés de Montbard. Como vemos, la relación no es casual, se ha dicho que durante los 9 primeros años, los caballeros evitaron cuidadosamente que su pequeña tropa aumentara. Ya hemos manifestado anteriormente que esto carecía de toda lógica si su verdadero propósito fuera el de defender los caminos y los Santos Lugares, pero los Templarios rechazan cualquier compañía con la excepción del conde Hugo de Champaña, alrededor de 1125 o 1126. La trama empieza a tomar forma.

 

Se dice que Salomón fundó una “logia de perfección” integrada por maestros, y que 9 caballeros guardaban con sus espadas los 9 arcos que conducían a la cripta sagrada. 9 Caballeros guardaban el Arca y otros 9 trataban de encontrarla. 9 Elegidos que han sido designados para combatir a los infieles y sin embargo no se batirán. 9 Hombres designados que se comportarán como monjes castos y sin posesiones, nada debe distraerles ni desviarles de su tarea. La misión está por encima de todo.

 

¿Tan importante es el Arca?, y sobre todo… ¿qué es el Arca? Por el libro del Éxodo sabemos que el Arca es un cofre de madera de Acacia, revestido de oro interior y exteriormente. Sus dimensiones eran 1.35m de largo x 0.8m de alto y ancho, con cuatro querubines cuyas alas se tocaban para formar el trono de Dios. Era tan sagrada que el solo tocarla provocaba la muerte repentina. Pero lo importante no es el Arca en sí, si no su contenido: un recipiente con el Maná, la vara de Aarón y sobre todo las Tablas de la ley grabadas en Piedra. Las tablas de la ley es algo sumamente valioso pues es fuente de saber y de poder y ambos proceden de Dios. Se trata de una “Ley Divina”. Inscritos en ellas estaban las tablas del Testimonio, la Ecuación Cósmica , La ley del Número, Medida y Peso que la Cábala permitiría descifrar. Poseer las Tablas de la Ley significa tener posibilidad de acceso al conocimiento de la ley que rige los mundos. Se comprende que Moisés no engañaba al pueblo hebreo cuando le prometía dominio por las tablas de la ley. Se empieza a comprender porqué Esteban de Harding y bernardo de Claraval se dedicaban en su abadía al estudio de los textos hebraicos traídos de Jerusalén por Hugo de Champaña. Porqué los textos hebreos son el tratado de lectura de las piedras, pero estas si aún existen, se hallan en algún lugar bajo el Templo de Salomón, y alguien tiene que ir a buscarlas. Y aquí entran en acción los templarios.

 

¿Encontraron los templarios el Arca? No puede darse una respuesta sincera a esta cuestión. Sin embargo, algo ocurrió a los nueve años, otra vez el nueve, de iniciada la misión: Hugo de Payns y otros 5 templarios regresan a Francia.

 

Según la historia oficial, en 1127 Balduino II, Rey de Jerusalén, Se halla en dificultades por falta de combatientes y recurre a la ayuda del Papa. Desea enviar un mensaje de socorro y pide al maestre templario que sea él su embajador ante el pontífice. Aquí encontramos otra nueva incoherencia en las funciones de la Orden del Temple. Hugo de Payns no era ni consejero ni mensajero del rey, si no que es el cabecilla de una tropa militar creada expresamente para la defensa del nuevo reino cristiano. Es cuando menos sospechoso que Balduino recurriera al caballero templario para semejante misión, en vez de encomendársela a uno de sus embajadores, o en ausencia de estos a cualquier otro noble de confianza no asentado de forma permanente en Tierra Santa que después de cumplir su voto de cruzada retornase a su hogar, algo muy común en la época. Pero el rey envía al maestro templario y este parte con 6 de sus nueve caballeros abandonando sus deberes en Ultramar. La lógica no funciona, algo sigue fallando en el planteamiento. A menos que…podemos pensar a menos que Balduino II aprovechase un viaje expreso de los miembros del temple para encomendarles la tarea. Un viaje que podemos suponer, debió realizarse acatando un plan establecido desde el otro lado, posiblemente por San Bernardo. Los caballeros habían tenido éxito en su misión y debían volver a occidente.

 

Esta afirmación no se hace a la ligera. A partir de este momento van a darse grandes cambios que van a afectar a la Orden del Temple y a toda Europa, pero el propio San Bernardo nos da una pista que apoya nuestras suposiciones. Lo primero que hizo fue gestionar a favor de su pariente Hugo de Payns y los Templarios que le acompañaban, una acogida positiva y cordial por parte del Papa Honorio II, a quien los fundadores del Temple estaban a punto de visitar en Roma. De acuerdo con la propuesta de Bernardo en la primavera de 1228, se celebró un concilio extraordinario en Troyes. Los caballeros hasta ese momento, aunque acogidos a la regla monástica de San Agustín, eran laicos, pero tras el concilio de Troyes, los Templarios se convierten en verdaderos monjes, integrantes de una orden religiosa plena y no de una simple agrupación de caballeros. (fuente: omect)